Profesor Víctor Arenas, Monte Patria: “Sería una gran transformación en la educación si el cine estuviera en todas las escuelas, porque hay que cambiar el lenguaje para llegar a los estudiantes”

Víctor Arenas, profesor de literatura del colegio República de Chile de Monte Patria, cree fervientemente en el cine como una disciplina transformadora para la educación. Desde temprana edad, Víctor sintió un vínculo especial con el cine. Su historia con la cinematografía se remonta a su infancia en Bulgaria, donde la asistencia regular al cine era una parte intrínseca de la cultura escolar. «Cuando iba en enseñanza básica y vivía en Bulgaria, con mi curso íbamos al cine unas 10 veces al año», recuerda. 

Hoy es profesor de enseñanza media en Monte Patria, donde además de hacer clases de literatura, tiene un taller JEC de cinematografía y desde el año pasado está a cargo de la asignatura de Artes visuales, audiovisuales y multimediales para estudiantes de tercero medio. «Para mí, el cine y la literatura están muy relacionados. Cuando hago montaje, por ejemplo, es como si estuviera escribiendo un poema», señaló. 

Su metodología es flexible, pero en todas las instancias, siempre parte por percibir el estado emocional e intencional de sus estudiantes. “No tengo una metodología muy clara, solo jugamos. El juego puede partir con crear un cuento, así comenzaron los cortos en stop motion. Les presento los equipos y trato de que los vean como juguetes, después creamos las condiciones para jugar, siguiendo la hipótesis del cine de Alain Bergalá”, dice Víctor, agregando que “Si el estudiante no está motivado, es muy difícil trabajar. Una vez que están involucrados en el juego se dan cuenta de que están haciendo algo mucho más profundo”. 

Para lograr esa propuesta, el profesor fundamenta su trabajo en la capacidad que tienen los estudiantes y en su propio liderazgo “muchas veces los jóvenes aprenden más desde lo digital que en el mismo colegio, hay que aprovechar esa energía y hay que tener liderazgo suficiente para hacerlo, así los estudiantes creen en lo que uno propone y aceptan la provocación del juego”, comenta. 

«Mi predicamento es que la educación tiene que desarrollar una sensibilidad que le permita al ser humano descubrir y apreciar la belleza que hay en el conocimiento», destaca. Su enfoque se basa en permitir que los estudiantes se sumerjan en el juego y la experiencia emocional con el cine, lo que eventualmente los lleva a comprometerse en un nivel más profundo. 

A través de sus asignaturas, Víctor aborda las habilidades del siglo XXI de trabajo en equipo, creatividad, innovación y conciencia crítica. Además, reconoce la importancia de la tecnología en la vida de sus estudiantes y cómo esta se conecta con su enseñanza. «Una de las cualidades de los estudiantes contemporáneos es que son audiovisuales, son multimediales y son hipertextuales, la pantalla juega un rol fundamental en sus vidas, por eso su matriz de pensamiento es digital, entonces al entrar al aprendizaje desde lo audiovisual, lo hacemos con un lenguaje que les es propio», explica. 

“La cinematografía es una de las disciplinas artísticas y estéticas que tiene el poder enorme de provocar, evocar y transformar. Sería una gran transformación en la educación si la cinematografía estuviera en todas las escuelas, porque hay que cambiar el lenguaje para llegar a los estudiantes”, concluye el profesor. 

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