Cecilia Montecinos, profesora encargada de la Escuela Rural Hueque, ha estado liderando un taller de cine que está cambiando la forma en que los niños ven el mundo a su alrededor. Desde su integración en 2023 a la Red de Cineclubes Escolares del Programa Escuela al Cine, Cecilia ha llevado el séptimo arte a esta pequeña comunidad con un gran impacto en la educación y desarrollo de sus estudiantes.
La escuela, ubicada en la localidad Huequi de la Región de Los Lagos, es un establecimiento rural multigrado, con doce niños cursando entre 1º y 6º básico. «El arte es fundamental en el proyecto educativo de nuestra escuela porque es una de las cosas que más desarrolla el pensamiento reflexivo», dice la profesora.
«Fueron los niños los que pidieron esto, salió de ellos la necesidad», explica la docente. «Todo partió en pandemia. Hicimos un teatro lambe lambe, una de las niñas editó el video y quedó precioso. En ese momento venía una compañía a hacer productos audiovisuales, a los niños les gustó mucho eso y se les ocurrió hacerlo».
Lo que comenzó como una iniciativa para explorar nuevas formas de expresión artística se convirtió en un taller de cine integrado en la malla curricular. «Antes era un taller extraprogramático, pero ahora el cine está dentro de la JEC», dice Cecilia. «Con poco hemos logrado hacer mucho». A pesar de los recursos limitados, Cecilia y sus estudiantes han logrado producir proyectos cinematográficos que van desde pequeñas animaciones en stop motion hasta cortometrajes de terror utilizando una sola cámara y, a veces, incluso celulares: “Los más pequeños sacan sus propias fotos y se deslumbran cuando ven que sus dibujos logran tener movimiento”.
El impacto en la formación escolar ha sido significativo: “Los niños arman historias, entienden la composición de una imagen, son una esponja en cuanto al cine. Acá es distinto a la ciudad, hay mucha escasez, por lo que tienen una capacidad mucho más profunda para observar, podrían hacer una película de una hoja moviéndose”.
Este enfoque no solo ha despertado la creatividad de los estudiantes, sino que también les ha brindado habilidades prácticas para su educación. «Los niños han sentido que pueden lograr cosas», destacó Cecilia. «Han aprendido a ver realmente una película, ahora leen los créditos porque saben que hacer una película toma tiempo, que en el cine nada es inmediato».
“Cuando descubrí el cine en el aula quedé maravillada porque se complementa con todas las asignaturas. Los estudiantes se han dado cuenta de que las habilidades que han aprendido en el taller de cine les sirven para preparar sus presentaciones de otras asignaturas. Trabajamos con ABP y les ha servido un montón, presentan en stop motion”, explica la profesora. En un entorno donde la cultura y el acceso a recursos son limitados, el cine ha sido una herramienta poderosa para abrir nuevas puertas de aprendizaje y expresión.