José Fuentes es profesor de Lenguaje, vive en Chillán, y viaja a diario a la comuna de Bulnes para hacer clases en el Colegio María Teresa de los Andes, donde hace ya 3 años creó un cineclub escolar tras cursar el taller online de formación docente en apreciación cinematográfica que el Programa Escuela al Cine ofrece de forma anual a profesores de todo Chile.
Conversamos con José para conocer más a fondo la dinámica del cineclub, qué aprendizajes han obtenido con la experiencia y cuáles son sus expectativas para este año, ya que se encuentran en estos momentos realizando un taller de creación, a cargo del realizador Manuel Gutiérrez. En el taller los estudiantes aprenderán a escribir guiones, utilizar los equipos audiovisuales y a montar sus propios cortometrajes, los cuales más adelante formarán parte de una muestra de videos.
¿Cómo ha sido hasta ahora la experiencia del cineclub escolar en su escuela?
Además de la experiencia gratificante de tener un encuentro con las producciones chilenas, creo que lo más gratificante es crear un encuentro con los estudiantes. Me considero alumno y estudiante, por lo que me siento igual que los alumnos con los que tengo el gusto de trabajar. Pienso que la experiencia del cineclub nos pone a todos en el mismo escenario. Hemos logrado desarrollar el sentirnos espectadores, y cada semana, cada encuentro, significa un nuevo tema de conversación relacionado con uno anterior. Desde ahí, he podido descubrir que los mismos estudiantes se han puesto más exquisitos a la hora de exigir, a la hora de buscar y a la hora de opinar.
¿Qué beneficios y avances han tenido en general los escolares al participar del cineclub?
Como profesor de lenguaje, fácilmente me puedo dar cuenta que en las pruebas escritas, en el ítem de desarrollo, donde se debe comentar, explicar y argumentar, normalmente quedan en blanco. Pero curiosamente, a través de esta experiencia, me doy cuenta de que no necesariamente tienen que estar escritas, sino que la intervención oral es que la manda, ahí plasman sus críticas y opiniones de forma muy clara. Nos sentimos en primera fila, se ha formado un equipo humano maravilloso. Más que una experiencia, ha sido todo un acontecimiento.
Uno de los elementos que destaca José del cineclub, es el hecho de compartir, lo que ocurre cada vez que tienen una sesión. Su fórmula ha sido acompañar las funciones de un té, unas galletas, jugos, mientras observan la película seleccionada en conjunto, para luego compartir sus opiniones e ideas sobre lo visto y analizado. “Somos ante todo un grupo humano que tiene temas en común, teniendo en consideración que cada uno tiene diferentes vivencias, pero coincidimos en este gusto por el cine y compartimos las diferencias”. Tras cada sesión, los alumnos se llevan una tarea, José cuenta que “no les molesta para nada hacerla”, entre risas. Y así, ellos se empoderan de los temas y son capaces de opinar, participar y ser parte de la elección de las cintas que verán.
Acerca de sus proyecciones, el profesor cuenta que el cineclub tiene para largo, pues su fórmula es sencilla y ha funcionado hasta ahora. El taller de creación que cursan actualmente, es una oportunidad para aplicar lo aprendido y acercarse más al cine, lo que sin duda motivará más a los estudiantes a participar del cineclub y compartir como equipo.