El Centro de Educación Integral de adultos Profasoc de Río Bueno cuenta con alrededor de 250 estudiantes en distintos horarios de estudio. Ahí, Sibila Cid es profesora de historia, e implementa actividades de cineclub durante sus clases junto a colegas de otras asignaturas.
“El cine es una fuente inagotable de historias con las que puedes generar reflexión, formar pensamiento crítico a partir de relatos que a veces no son tan cercanos o cotidianos, pero que sí generan un cuestionamiento en los seres humanos”, dice Sibila. Miembro de la Red de Cineclub Escolar desde el 2019, ha implementado herramientas audiovisuales en sus clases desde un comienzo, sobre todo para entregar contexto a los contenidos y producir ejercicios de análisis.
La comunidad estudiantil del CEIA Profasoc es muy diversa, desde adolescentes a adultos mayores, por lo que las conversaciones que se generan a partir de visionados siempre son enriquecedoras para docentes y estudiantes. “Tradicionalmente se piensa que los niños aprenden y los adultos ya saben todo, pero nos pasa que tenemos estudiantes muy adultos, incluso personas de la tercera edad y se sienten maravillados al descubrir cosas. El cine contribuye mucho a romper las barreras del ‘ya nada me sorprende’, es una ventana que siempre abre nuevos mundos”, comenta la profesora.
La herramienta más efectiva para lograr esto son los fragmentos de películas. Por ejemplo, Sibila usa extractos de Sub Terra (Marcelo Ferrari, 105 minutos, 2003) para reflexionar sobre las condiciones laborales de finales del siglo XIX, o Plantar pobreza, un documental del periódico Resumen.cl sobre el negocio forestal en Chile, para comentar sobre el sistema neoliberal.
Pero también Sibila y sus colegas realizan visionados de largometrajes para ciertas actividades. Todos los años, para la conmemoración del 11 de septiembre, los docentes se organizan para exhibir El botón de nácar (Patricio Guzmán, 82 minutos, 2015), película que siempre genera intercambio de ideas y reflexiones posteriores.
“El 2019, después de exhibir El botón de nácar ocurrió el Estallido Social, y muchos estudiantes me decían que se acordaban de lo que vimos y comentamos después. Una vez un alumno de unos 16 años me comentó que le había preguntado a su mamá por lo que se muestra en la película. Me impactó que quisiera cuestionar la realidad y querer saber más”, recuerda Sibila.
El año pasado, en el contexto de clases a distancia, Sibila y sus colegas de Lenguaje y Filosofía diseñaron una actividad basada en la película Rebelión en la granja (John Halas, Joy Batchelor, 72 minutos, 1954). Enfocada en la participación y la vida en comunidad, la actividad plantea ejercicios de apreciación cinematográfica y de profundización en conceptos como la democracia, los valores que promueve, los riesgos a los que está expuesta y cómo se ejerce.
“Fue una actividad super rica porque nunca nos imaginamos hasta dónde puede llegar esa reflexión de parte de nuestros estudiantes, que no solo fuera responder preguntas, sino hablar ‘esto nos pasó a nosotros igual, nos pasa a diario cuando nos quedamos callados, no opinamos’”, sostiene la profesora.
Este año, a pesar de las dificultades por cambios en la forma de trabajo y conectividad, el equipo de docentes de CEIA Profasoc planea repetir la actividad. “Tenemos el respaldo del establecimiento para hacer estas actividades, es una sensación tan bonita pensar que podemos seleccionar habilidades que consideramos importantes para nuestros estudiantes y potenciarlas a través del cine, desarrollarlas con libertad, sin presiones. Nunca sabes el impacto que puede tener una historia en otra persona”, finaliza Sibila.
*Fotos del archivo del Cineclub CEIA Profasoc
