Para comprender qué significa el concepto de cineclub, es preciso remontarnos a los orígenes de este fenómeno, que surge casi tan pronto como la invención del cine, hito situado en Francia con la creación del cinematógrafo por los hermanos Lumière a fines del siglo XIX[1]. Durante el período de descubrimiento y experimentación con las posibilidades del cine, además de la revolución cultural que significó como un nuevo medio de expresión, en la década de 1920 surgen intelectuales y críticos de cine que comienzan rápidamente a pensar en el cine como un arte, inspirados en corrientes artísticas post Primera Guerra Mundial, como el dadaísmo y surrealismo. La necesidad de analizar, comentar y reflexionar en conjunto sobre las películas, permite la creación de los cineclubes asociados a revistas de crítica de cine, instancia en la cual Francia y España fueron los países pioneros.
En América Latina y Chile, el cine se convierte en un entretenimiento masivo durante los años 50’, período donde comienzan a surgir salas de cine, críticos locales y revistas especializadas. Asimismo, de la mano de las universidades surgen los primeros cineclubes latinoamericanos, como el Cineclub de Universidad de Chile, que en 1954 tuvo su primera función y que constituyó un importante precedente para la creación del Cine Experimental de la Universidad de Chile, vinculando así la reflexión sobre el cine con la producción de obras cinematográficas. Luego se funda el Cineclub Viña del Mar, a manos del cineasta Aldo Francia, y más tarde en otras universidades, como en las de Concepción y Valdivia. El Cineclub de la Universidad Austral de Chile en Valdivia, espacio donde hace más de 50 años se exhiben películas y se comparte la experiencia del cine, aloja también el desarrollo de las funciones de la Red de Cineclubes Escolares, donde alumnos de la región asisten mes a mes a ver y comentar películas y documentales chilenos.
Ahora bien, ¿Qué es un cineclub? “Un Cine Club (cineclub o cine-club) es una organización de personas que se reúnen para la apreciación de obras cinematográficas de forma colectiva. El carácter democrático, reflexivo y participativo es inherente a esta actividad, que busca educar a los públicos a través del debate horizontal entre los participantes y el acceso a obras que en general no se encuentran en el circuito comercial.”[2] Los cineclubes no tienen fines de lucro y persiguen la difusión y reflexión de películas con el objetivo de que las audiencias sean críticas y partícipes de la construcción de un discurso sobre el cine.
Los 150 cineclubes que conforman la Red de Cineclubes Escolares, trabajan sobre la base de dos líneas de trabajo: la apreciación cinematográfica y la creación audiovisual, complementando de esta manera la formación de un espectador activo con el despliegue de creatividad a partir de la realización cinematográfica. Sin duda, son parte de esta historia y herederos de una tradición cineclubista que esperamos puedan seguir ejerciendo por mucho tiempo más.
[1] “Breve historia del cine chileno”, Jacqueline Mouesca y Carlos Orellana. Lom Ediciones, 2010.
[2] “Manual de Cineclubismo”, Red de Cineclubes de Chile. Ver manual en pdf.