“No es alfabetizar, es sensibilizar, y educar esa sensibilidad es algo muy complejo. A lo largo de estos años he aprendido a acercarme desde la creación a la apreciación, así se afina el ojo y la predisposición para ver las películas”, dice la profesora de artes visuales María José Arias sobre cómo enseña desde el cine en el Liceo Polivalente Juvenal Hernández Jaque de El Carmen.
Tal como plantea el autor Alain Bergala, el objetivo de María José es que sus estudiantes aprendan desde el proceso de la creación a mirar y apreciar el cine. Está a cargo de un electivo diferenciado audiovisual multimedial para cuartos medios y un taller extraescolar de cine para enseñanza media desde 2016, lo que coincide con su ingreso a la Red de Cineclubes Escolares.
La metodología de María José se centra en realizar pequeños ejercicios por sesión para que sus alumnos vayan descubriendo el lenguaje cinematográfico. Viendo referencias y conversando sobre lo que observan, sus estudiantes van tomando confianza para crear sus propios ejemplos.
“Se muestran trabajos de años anteriores y el profesor también realiza el ejercicio. Algunos estudiantes tienen problemas muy severos de autoestima y de a poco se va entrando en confianza. Es super interesante cómo escogen poner la voz del narrador, es bonito ver el proceso creativo y la transformación. Todo este acompañamiento los ayuda a superar esas dificultades”, explica la docente.
Para lograr ese cambio, las clases de cineclub parten con análisis de planos. Desde las emociones que producen a cómo están construidos. Luego se ven más referentes para que los y las jóvenes puedan pensar en qué quieren transmitir, realizar sus planos y compartirlos. Así las sesiones avanzan con conceptos más complejos para cumplir con el objetivo y además crear obras enteras. “Esta estrategia pedagógica no es que tú les das la información, sino que ellos la van descubriendo en el proceso. En ese sentido, sí funciona sensibilizar la observación desde el acto de crear” cuenta María José.
Durante el primer semestre de 2022, el cineclub de la profesora realizó un documental sobre el Chile en el que sueñan vivir. Los estudiantes fueron en grupo solucionando problemas y definiendo roles, aprendieron a entrevistar y pusieron en práctica lo aprendido en las sesiones. “La gracia del cineclub es que es un desafío de crecimiento personal, fortalecer la autoestima, reconocerte quién eres tú, que eres parte de un grupo, se logra este trabajo colaborativo”, resume la docente, añadiendo que “el ejercicio los pone a prueba para descubrir quiénes son y qué opinan sus compañeros. Es super nutritivo a nivel personal para los adolescentes”.
