Los múltiples alcances educativos y formativos del cineclub de la profesora Alejandra Troncoso

La profesora de lenguaje Alejandra Troncoso lleva más de cinco años implementando el taller de cineclub escolar, junto a estudiantes de 7° básico a 3° medio del Liceo Bicentenario Marta Brunet de Chillán. Con el tiempo, este espacio ha generado gran repercusión en la comunidad educativa, pero ha sido un camino pausado. “Es complejo en el sentido de que es algo revolucionario, como dijo Ignacio Agüero, ‘nosotros somos revolucionarios por implementar metodologías que no han sido pensadas para el aula’. Ahora con un componente didáctico y metodológico, se puede implementar perfectamente y lograr aprendizaje significativo, aprendizajes que son valiosísimos para los mismos estudiantes”, reflexiona Alejandra.

Partieron con visionados y cineforos, pero la actividad del cineclub creció con ejercicios de creación cinematográfica, exploración de medios de comunicación como podcasts y revistas, visitas a sitios históricos y vinculación con diversas instituciones y experiencias: entrevistas en el cineclub de la extinta sala Oz, exposiciones en la Semana de Educación Artística, charlas de la Universidad del Biobío o un cuaderno de críticas para el colectivo MAFI.

Alejandra Troncoso, profesora.

“El taller ha ido posicionándose entre los estudiantes. A los alumnos a los que les llama la atención el componente audiovisual tienen un perfil bastante interesante también, quiero destacar eso. Puede que quizás sean desordenados, introvertidos, con un estilo musical diferente, pero aquí se sienten muy bien, se sienten entendidos”, dice la profesora, ejemplificando “Uno de mis estudiantes tuvo que cambiarse de colegio y por iniciativa propia, implementó un cineclub en su nuevo establecimiento”.

Alejandra sostiene que tanto la apreciación como la creación cinematográfica han traído múltiples beneficios para los y las participantes de su cineclub: “Cuando vimos Largo Viaje a los estudiantes les encantó. Ver el velorio del angelito significó que conversaran con sus padres y familias, lo mismo con el Chacal de Nahueltoro, se dieron cuenta que vivían cerca, que sus abuelos tienen cosas que decir. Los mismos jóvenes sienten que son importantes, gracias al cineclub se sienten escuchados, valorados y contenidos”.

La profesora también ha podido implementar elementos cinematográficos en sus clases de lenguaje “el Programa Escuela al Cine me ha servido enormemente para actualizar mis prácticas pedagógicas, mostrar recursos atractivos que sean concordantes con los intereses de los estudiantes”. Desde el inicio de las clases online, Alejandra ha experimentado con medios digitales, realizando entrevistas, críticas y recomendaciones de cine como revista digital y podcast, incluyendo actores de toda la comunidad educativa.

“Actualmente se está trabajando con habilidades del siglo XXI que motiva una forma de ver, no el contenido, sino que la habilidad en los estudiantes, que sean ellos los protagonistas de su aprendizaje. De ahí que metodologías como el aula invertida sean más atractivas, en cuanto a la misma convivencia escolar, permite que el estudiante sea más reflexivo, opinante, ordenado, que piense antes de actuar. Los mismos directivos se están dando cuenta que estos talleres ayudan a tener una mirada distinta a la educación hoy y que con la pandemia tienen una importancia enorme”, finaliza la profesora.

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