El día aún no aclara y Gladys Silva ya está lista para recibir al grupo de alumnos que cada lunes se reúne en la biblioteca del colegio para ver y comentar películas. El Instituto Estados Americanos está emplazado en la comuna de Lo Barnechea. Desde la ventana se ve un cerro verde por el que todavía, de vez en cuando, suben arrieros y carretas. Es un edificio moderno, construido hace 5 años para fusionar dos colegios de la comuna. Profesores y alumnos de los ex “Diego Aracena” y “Fermín Vivaceta”, coinciden en que la unión no fue fácil, pero de a poco la convivencia entre ambas comunidades se ha ido armonizando.
El cineclub escolar del Instituto Estados Americanos está a cargo de la bibliotecaria Gladys Silva, quien pese a no ser profesora ni tener alumnos a cargo, decidió tomar el curso[i] que imparte el Programa Escuela al Cine de la Cineteca Nacional[ii] que incentiva y forma a profesores para crear cineclubes en colegios.
El grupo que lidera Gladys, pertenece a la red de cineclubes escolares que coordina el Programa Escuela al Cine, con el fin de consolidar y dar continuidad al trabajo que se inicia con el curso de apreciación. Gracias a una serie de actividades y materiales de apoyo pedagógico (fichas educativas de películas, asistencia a estrenos chilenos, talleres de creación cinematográfica, cine-foros con realizadores, entre otros), el Programa logra conectar a escolares, de diferentes lugares de Chile, con el mundo del cine, principalmente local. Cerca de 50 cineclubes activos existen hoy en esta red y 150 en formación, compuesta por profesores, estudiantes, y Gladys, una de las tres bibliotecarias que forman parte de este grupo. “Soy comunicadora audiovisual antes que bibliotecaria y creo que el ejercicio de ver es muy importante”, nos cuenta.
Gladys, ¿Cómo haces funcionar un cineclub desde la biblioteca?
Gladys: Asociarme con el profesor de lenguaje fue fundamental, porque si bien yo tenía el conocimiento por haber hecho el curso, no sabía cómo entregárselo a los alumnos, con ayuda de él pudimos planificar y eso fue fundamental. Saber que hay un método, que hay que iniciar, desarrollar y siempre hay que cerrar los temas. Cuando estudiaba para ser bibliotecaria me imaginaba que se podía complementar muy bien con el audiovisual.
¿Cómo se dio esta alianza?
Gladys: Cuando estaba haciendo el taller de cine, parte de las tareas era hacer sesiones de visionado y, como no tenía alumnos, le pedí al profesor Carlos González, que hace clase de lenguaje y comunicación, que me “prestara” un curso. Él me dijo que bueno y empezamos el año pasado con un tercero medio, que ahora es cuarto medio, y se sumó además este año el cuarto “B”. Ocupamos dos horas de los días lunes en las que el profesor tiene horas de libre disposición y en esas horas hacemos el cineclub.
¿Qué significan horas de libre disposición?
Carlos: Son horas que en general se ocupan para tomar pruebas atrasadas, reforzar contenidos. Yo la trabajo mucho en PSU, tenemos contratado el programa que se llama “Puntaje Nacional” que es un PSU virtual. Se programa una prueba un día antes, se seleccionan los contenidos y el nivel de complejidad y después vas a la sala “aula tic” donde cada uno trabaja con su computador. Le llega la prueba virtual, se corrige ahí mismo y les da los puntajes. Tú lo único que haces es monitorear. Esto está focalizado a aumentar nuestros puntajes en PSU. Pero dije, eso lo hace el otro profe también, yo también lo hago, me queda todo el segundo semestre, por qué no hacerles cine.
En este sentido, qué les puede aportar el cine, más allá el rendimiento en la PSU…
Gladys: El bagaje cultural que pueden ganar en estas pequeñas horas es increíble. El año pasado un chico me decía “yo jamás habría elegido una película de cine arte para ver”. Con “De jueves a domingo” se sintieron muy tocados, porque ellos ven también la separación y el abandono de sus padres.
Carlos: Un chico dijo que no le había gustado. “Eso yo lo viví”, dijo. La realidad acá es fuerte, tenemos un 71% de vulnerabilidad y más de cien alumnos prioritarios.
Gladys: No separaron la película, el cine, de su historia, de su vivencia.
¿Cómo ha sido trabajar con ellos?
Gladys: Me han recibido súper bien. Me habían advertido que eran niños complicados, que habían renunciado varias personas…
¿Y eran así?
Gladys: No. Lo que pasa es que aquí hay una carencia de afecto tremenda. Hay que rayar la cancha y dar afecto, conversar con ellos, decirles las cosas con cariño. Hicimos una remodelación de la biblioteca, compramos mesas nuevas. Porque hay un proyecto de la dirección de levantar esto. El colegio cumple 5 años y ha sido complicado. Hay delincuencia juvenil, droga cerca del colegio. Hay mucha violencia, mucha agresividad, de un descontento con todo. El año pasado me decían “apuesto que el próximo año usted no está”, y cuando me encontraron en marzo, me decían “tía, usted es un record”. Porque tienen esa sensación de que si se encariñan con alguien, te abandona.
¿Cómo relacionaste esta realidad con el cine?
Gladys: Cuando vi la posibilidad de hacer el curso, pensé que podría aportar algo interesante, para que ellos conocieran y tuvieran un conocimiento cultural distinto, y me inscribí. Pensaba que desde la biblioteca podía hacer un nexo con los alumnos y abrirles este mundo. Que vieran imágenes y pudieran leer a través de las imágenes.
¿Y cómo ha funcionado eso?
Gladys: Estoy súper contenta porque la recepción ha sido muy buena. Hay chicos con problemas personales graves, pero que en el taller yo los veo y han sido súper clever, muy asertivos. Se produce un buen compartir de ideas. Cuando vimos “La luna en el espejo” por ejemplo, hablamos de José Donoso y no lo conocían. Con “El chacal de Nahueltoro” hablamos del contexto social de la película. Es importante que ellos conozcan y puedan tener opinión, no tragarse lo que ven en las noticias, no creer lo primero que les cuentan, saber que las cosas tienen un trasfondo, que hay un contexto social y si hay delincuencia es el resultado de una problemática social.
¿Cuáles son los planes y las expectativas que tienes a futuro con el cineclub escolar?
En el corto plazo, hacer el cineclub este segundo semestre, con el nuevo material que hay, ver la serie[iii], y terminar el semestre con una producción. Alguno encontrará su vocación, se desarrollará en la fotografía, o si entran al mundo del trabajo, conocieron esto. Y más adelante, me encantaría que se hiciera en distintos niveles, participar en festivales y que el colegio se identifique con esto, que se vaya perdiendo el temor a hacer algo distinto y que tengan un lugar donde expresarse.
[i] Programa de Formación Docente “De la apreciación cinematográfica a la creación de cineclubes escolares.
[ii] El Programa Escuela al Cine, es una iniciativa de la Cineteca Nacional del Centro Cultural La Moneda, financiada por el Consejo de la Cultura y las Artes, que buscar llevar el aprendizaje del cine, como arte y oficio, a las salas de clases chilenas a través de la creación de cineclubes escolares en colegios, la producción de material pedagógico y actividades afines.
[iii] Serie “Oficios del cine”. Serie documental de ocho capítulos de corta duración, que aborda en cada uno de ellos oficios de la realización cinematográfica. Está disponible en gratuitamente y en línea en: http://www.ccplm.cl/redcineclubescolar/serie-oficios-del-cine/