Lucas Araya es profesor de español hace más de 10 años en la facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile y en IES Abroad Santiago. Desde 2019 implementa un taller de cine voluntario para los estudiantes de cada institución, pero en 2021 Lucas realizó el curso online Cine para educadores: apreciación y creación, e ingresó a la Red para aprovechar sus recursos.
Los cineclubes de Lucas se enfocan en la apreciación. “El cine ayuda a los estudiantes a practicar el idioma con un aporte histórico cultural”, dice el docente. Trabaja con personas extranjeras en los primeros niveles de adquisición de la lengua, por lo que utiliza cine silente que encuentra en el archivo digital de la Cineteca Nacional y la Cineteca de la Universidad de Chile, “las películas sin mucho diálogo permiten estar atento a lo que sucede en la pantalla, ponemos más atención y después podemos comentar más”.
El taller comienza con las primeras filmaciones en Chile y el mundo, lo que da pie para conversar sobre qué es una película, realizar minutos Lumière y analizar sus culturas: “las discusiones que a mi más me encantan son cuando las personas se cuestionan el cine de sus países. Nunca se habían cuestionado cuál fue la primera película japonesa o turca, generalmente son muy similares, pero vamos viendo las concepciones de tiempo. En Japón, por ejemplo, surgió después que en Occidente, pero las películas eran mucho más largas y con más montaje”, recuerda Lucas.
Para preparar los visionados, Lucas aplica lo que aprendió en el curso online del Programa “ahora hago una selección de películas y planteo cómo abordarlas desde lo sociopolítico y cultural”. Por ejemplo, para ver Machuca (2004), prepara dos clases previas para ver Venceremos (1970) y dos posteriores para ver Historia de un Oso (2014) y Bestia (2021), “así hacemos todo un contexto de 20 años previos y posteriores a lo que ven en Machuca, y eso les aclara muchas dudas, como a todos nos pasa, tenemos estereotipos de otros países y a ellos les pasa lo mismo, confusiones como los orígenes de la dictadura, entonces con el cine entienden eso”, dice el profesor.
“También les ayuda a entender dónde están”, comenta Lucas agregando que: “cuando vimos Venceremos, a una estudiante de Camerún le sorprendió mucho la desigualdad porque es una realidad que ella veía de cerca en 2020 en su país. El cine le ayudó a comprender que había venido a buscar un futuro mejor a un país moderno que tenía una historia muy similar en procesos sociopolíticos y económicos”.
Si bien es complejo incorporar lenguaje cinematográfico al aprendizaje del español, aún hay espacio para discutir sobre realización: “a veces ellos mismos se dan cuenta del uso de metáforas a través de las imágenes o del montaje, sobre todo cuando están hechos para mostrar contraste”.
Lucas recomienda implementar la apreciación cinematográfica al aprender un idioma porque “permite entender las distintas capas del lenguaje y también de la cultura chilena”, finaliza.