Cuando nos aventuramos, no podemos tener certeza del resultado de nuestro proyecto, sin embargo hay condiciones para identificar si existen elementos para decir que el futuro de lo que emprendemos tiene o no posibilidades de concretarse como lo pensamos.
Cuando recibimos la invitación de los amigos del programa Escuela al Cine de la Cineteca Nacional para realizar un taller de creación de cortometrajes de ficción, pensé que sería una gran experiencia de aprendizaje y que, a pesar del poco tiempo que existe en medio de las actividades escolares, valía la pena plantearlo como un complemento a las actividades del Cine Club Escolar.
Se conjugaron varios elementos para que el taller significara un proceso de análisis, reflexión y creación de los estudiantes. La misión era que la teoría y la práctica hicieran síntesis en un cortometraje de realización colectiva.
¿Y qué pasó? Por una parte, los amigos del programa «Escuela al Cine» apoyaron el taller con un profesor que entregó su trabajo, las orientaciones técnicas y su experiencia de cineasta para que los niños y yo pudiéramos ampliar la mirada, ideando imágenes, símbolos y conceptos que contienen el mensaje de la película. Por otra parte, nuestro liceo tiene estudiantes creativos, con imaginación, lúdicos y con grandes capacidades que se expresan de forma nítida cuando tienen la posibilidad de hacerlo; es así que como el primer taller se realizó en poco tiempo, pero con gran compromiso, entusiasmo y rigurosidad en el trabajo. Los jóvenes crearon colectivamente su guion, asumieron roles y cada cual cumplió con una visión común.
El producto fue el primer cortometraje filmado en las dependencias del Liceo, convirtiéndose en un hito al ser estrenado frente a profesores, directivos y por cierto, los estudiantes de 4to medio que, a modo simbólico, significó la antesala de su egreso.
La realización de esta primera experiencia nos muestra que, si bien no tenemos certeza del resultado de todo lo que emprendemos, está claro que debemos aprender a ver las condiciones objetivas y subjetivas que permiten hacer de las actividades escolares una «experiencia de pedagógica» en la que todos aprendemos. El desafío permanente es atreverse a cambiar las condiciones del trabajo escolar para hacerlo mejor, más significativo y enriquecedor.
Esta iniciativa fue una linda forma de terminar las actividades del 2014…
