Cine en contexto de encierro: La experiencia de la profesora Ericka Valenzuela en el Liceo Técnico Profesional de Adultos de Limache

En la cárcel de Limache, la profesora de lenguaje Ericka Valenzuela ha encontrado un espacio de aprendizaje y apreciación cinematográfica. Desde 2019 es parte del equipo docente del Liceo Técnico Profesional de Adultos, un establecimiento particular subvencionado ubicado en el tercer piso del recinto, con alumnos de 18 a 75 años.  

Aunque la cárcel alberga a reclusos de baja peligrosidad por diversos delitos, Ericka y su equipo son los únicos externos que entran al sector de módulos. Además de los gendarmes y las visitas, son ellos el contacto con el exterior para los internos. 

«Trabajar ahí es flexibilidad pura», comenta Ericka, describiendo cómo deben adaptarse a situaciones imprevistas dentro de la cárcel. El liceo sigue dos líneas en su proyecto educativo: la formación técnico profesional y la educación artística. Según la profesora: “el liceo es un espacio de libertad dentro del encierro. Ahí reímos, bromeamos, conversamos de diferentes temas, pasamos todo el día con ellos así que los escuchamos. Muchas veces no tienen visitas familiares así que nosotros somos figuras de confianza y la conexión con el exterior”. 

Cine: una herramienta terapéutica y educativa 

El cine ha sido una adición significativa a este entorno educativo. Incluso antes de que Ericka llegara al establecimiento, ya existían las “tardes de películas”, donde se compartía un café y se hablaba de cine. Las proyecciones cinematográficas han llevado a conversaciones profundas: “Una vez vimos Taxi para 3 y pensaba que era una experiencia única, quién va a ver esa película en una cárcel. Los estudiantes empezaron a conversar temas como las lealtades, la infidelidad, el cambio. Vimos Machuca también, miraba las caras de mis estudiantes y era increíble cómo algunos estaban al borde de las lágrimas”. 

En 2023, Ericka  realizó el curso online del Programa Escuela al Cine para profesionales de la educación, lo que la ayudó a implementar un cineclub dentro de su asignatura durante el segundo semestre. A pesar de las limitaciones, los estudiantes se mostraron entusiasmados. Han explorado los inicios del cine con cortometrajes de Alice Guy, clásicos como El Ladrón de Bicicletas, y obras de maestros como Buster Keaton y Charles Chaplin.  

La diversidad de estudiantes requiere enfoques flexibles, y Ericka utiliza el Diseño Universal de Aprendizaje para adaptar sus sesiones: «A mí como profesora me sirve mucho que mis estudiantes vean una película, primero como comprensión, saber si entienden o no lo que ven, trabajar la narrativa de la película, el contexto histórico o los personajes, en términos pedagógicos da para mucho.» 

Para este año la profesora ya está preparando las películas para mostrar y espera poder implementar alguna instancia de creación cinematográfica con sus estudiantes, además de tratar de que el cine ingrese a más recintos como éste: “Estoy traspasando el interés a mis colegas de otros centros para que incorporen el cine en sus clases. El cine en contexto de encierro tiene un potencial transformador tremendo. Podemos conversar todo un mes sobre una película que puede llegar a tener mucho impacto, los estudiantes adquieren otros puntos de vista y pueden desarrollar aspectos valóricos, se quedan pensando y lo conversan en sus piezas”, concluye. 

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