Cómo el cineclub escolar fortalece la cultura del Colegio Francisco de Miranda 

“Le hice una encuesta a mis estudiantes y lo que más destacan del cineclub son las amistades, el círculo social, conversar, hablar de lo que a ellos les gusta sin ser enjuiciados con personas que comparten sus intereses” dice Rocío Escobar, profesora de lenguaje del Colegio Francisco de Miranda de Peñalolén y docente a cargo del cineclub del establecimiento para estudiantes de enseñanza media. 

Ese impacto también lo ha podido ver Rocío: “ahora salen más con sus amigos, ven películas con sus papás también, se han fortalecido sus vínculos al hablar de lo que ven y lo que les gusta. Están teniendo una cultura más social, a muchos les gustaba ver películas, pero era algo que solo quedaba ahí. Están yendo al cine y siendo consumidores más activos y conscientes de lo que ven”. 

El interés de la docente por el cine como herramienta educativa comenzó tiempo atrás, aunque inicialmente de manera intuitiva. Este interés se consolidó tras participar en en el curso online del Programa Escuela al Cine, lo que le permitió ingresar a la Red de Cineclubes Escolares en 2022, y en el seminario Ojo de Pescado.

El cineclub del colegio comenzó formalmente en el segundo semestre de 2022, como un taller extracurricular con inscripciones voluntarias. «Empezamos con una breve introducción teórica, historia del cine, y luego comenzamos a ver películas por temáticas que ellos mismos elegían en base a lo que yo proponía», explica la profesora. Los temas abordados incluían el amor romántico, la maternidad y la muerte, entre otros. Cada semana, los estudiantes veían las películas en casa y luego se reunían para discutirlas en el taller. 

Uno de los proyectos que nació a raíz del cineclub fue la creación de un fanzine de críticas cinematográficas. «Les propuse que escribieran algo sobre la película que quisieran, no les di ninguna regla, solo que escribieran sobre algo que les llamara la atención para bien o para mal», explica Rocío. 

El resultado fue un fanzine diverso y lleno de opiniones sinceras, donde los estudiantes pudieron validar sus perspectivas, incluso las más críticas. «Salieron algunos ‘qué mala’, ‘me aburrí’, ‘no la recomiendo’, pero igual está bien porque se validan las opciones más odiosas, ya que de repente no tienen espacio para aquello, aunque lo hagan con argumentos», comenta Rocío sobre la importancia de fomentar el pensamiento crítico entre sus alumnos. 

En 2023, el cineclub dio un paso más allá al incorporar la creación cinematográfica. La profesora propuso ejercicios sencillos para comenzar a experimentar con la producción audiovisual. «Les di ejercicios, por ejemplo, asociar una canción a una emoción, grabaciones bien caseras», relata. Conforme los estudiantes se motivaron, comenzaron a explorar técnicas y géneros, como la grabación de escenas cotidianas. 

“Un alumno grabó todo el día a su gata con música de Chopin haciendo sus actividades, marcando el paso del tiempo con el reloj del microondas, mostrando encuadres desde el punto de vista de la gata”, recuerda Rocío, agregando que “ellos viven haciendo contenido audiovisual, eligen un ángulo, una canción, cortan el video, es ese ejercicio, pero más consciente. Salieron cosas muy diversas, algunas muy buenas y otras interminables, pero todos trabajaron, se asesoraron, y quedaron inquietos con ganas de hacer cosas y mostrarlas también”. 

El interés por el cine también ha llevado a los estudiantes a explorar el cine chileno, aunque de manera gradual. Rocío comenta que, aunque al principio no les llamaba mucho la atención, los estudiantes han comenzado a recomendarse películas chilenas entre ellos. «Este año ellos mismos me recomendaron ir a ver Historia y geografía, un estreno chileno», señala. 

En el futuro, Rocío planea seguir fomentando la creatividad de sus estudiantes, explorando nuevas técnicas como la rotoscopía y permitiendo que continúen fortaleciendo el hábito de ir al cine: “Las noticias o la vida cotidiana no los impacta tanto como ver una película, el cine les ayuda a empatizar. Los participantes del cineclub se han hecho más amigos, tienen una vida social más activa, se juntan después del colegio, son más opinantes”, concluye. 

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