En el Colegio Antoine de Saint Exupéry de Coyhaique, el cineclub dirigido por el profesor Pedro Rodríguez ha despertado un gran interés en el mundo cinematográfico entre sus estudiantes, canalizando también sus ganas de crear y comprender cómo se realiza el cine.
Pedro, quien es profesor de enseñanza básica con mención en lenguaje, reconoce el cine como un recurso educativo valioso. “El cine siempre fue un recurso importante. Antes de entrar al Programa Escuela al Cine, lo usaba principalmente para la apreciación. A veces veíamos fragmentos para generar conversación e informar sobre un contexto histórico o científico, pero todo era intuitivo basado en mi experiencia como espectador. Ahora hay más sentido, intencionalidad y conciencia sobre el impacto que puede tener el cine en los niños», afirma el docente.
El cineclub del Colegio Antoine de Saint Exupéry se ha convertido en un espacio de encuentro para los estudiantes, donde se fomenta la apreciación cinematográfica y la creatividad audiovisual. En ese contexto, Pedro ha observado cómo los estudiantes aprenden a contemplar y apreciar los detalles en las películas, despertando su curiosidad sobre el proceso de realización audiovisual.
«Tengo una colección de DVD que nos facilitaron sobre los oficios del cine, y verlos ha sido significativo para los estudiantes. Han comprendido que las películas no se hacen solas, que hay un equipo con distintas responsabilidades, que implica un gran esfuerzo. Los estudiantes disfrutan las historias, pero también sienten la inquietud de aprender cómo se hace el cine», explica Pedro.
Al apreciar y crear en torno al cine, Pedro sostiene que “los estudiantes desarrollan amplitud de criterio, vocabulario y formas de ver el mundo. En una región con poca oferta cultural, el cineclub se convierte en una alternativa enriquecedora para los jóvenes, permitiéndoles analizar, conversar y expresar sus puntos de vista”.
Pedro complementa: «La comprensión de una película o un texto siempre se basa en la posibilidad que uno tiene de conversar. Ese diálogo espontáneo que se da en el taller va por buen camino. La oferta cultural que tienen los niños es muy uniforme, pero en el cineclub encuentran una alternativa para conocer cosas nuevas».
Una vez al mes los miembros del cineclub ven películas y conversan al respecto. Este primer semestre, los estudiantes alcanzaron a trabajar en los storyboards de sus proyectos, y Pedro espera que en la segunda mitad del año puedan cumplir el objetivo: “Yo quería centrarme en la apreciación, pero los estudiantes tienen mucho entusiasmo y ganas de hacer. Son muy creativos. Espero que ellos puedan realizar sus propias películas, que completen el ciclo creativo, que termina en mostrar sus trabajos a la comunidad escolar” comenta el profesor.